Memorias de alcohol

A partir de cierta edad, uno empieza a asistir a reuniones donde el alcohol parece un accesorio necesario para cualquier invitado (con sus excepciones). O hay quien dice que si no hay bebidas embriagantes en algún evento, éste no puede ser considerado como tal.

¿A que se debe ésto?

El abuso del consumo de este producto en cuestión (con todas sus variantes y marcas) nos puede producir efectos impredecibles en nuestro comportamiento y, en ocasiones, hasta en nuestra misma persona. (dependiendo del humor en ese momento).

Irónicamente, uno de los efectos más populares del alcohol (además del modificador comportamiento-persona), es el de inhibir la memoria. Se dice que se bebe alcohol para olvidar las penas, también se dice que uno no recuerda nada después de una noche de copas.

Yo lo veo de una manera diferente. El alcohol es un instrumento valiosísimo para "crear" recuerdos. No hay quien se escape de tener un anecdotario basado en sus encuentros con el alcohol.

Me explico.

Casi todo mundo tiene una borrachera memorable, donde se le pasó un poco la mano a la hora de ordenar o preparar bebidas. Un amigo que se puso hasta atrás en alguna reunión y a pesar de estar bajo la influencia del alcohol. Uno lo recuerda.

Pero siendo el alcohol una droga que inhibe el sistema nervioso central, ¿Cómo es que uno atesora los recuerdos de aquellas veces donde se consumió más, y no se olvidan fácilmente?

Las reuniones con alcohol también se pueden utilizar para recordar glorias pasadas. Momentos particularmente graciosos y/o humillantes sobre alguien que bebió más de la cuenta. A pesar de que uno se siente muy mal a la mañana siguiente (sea cruda de alcohol o cruda moral). Cuando uno lo ve en retrospectiva, se rie y promete no volverlo a hacer... Hasta el siguiente fin de semana.

Se bebe cuando hay algún motivo para celebrar. En ocasiones especiales como bodas, graduaciones, etecé. Se bebe también cuando uno quiere distraer la mente de algún problema en específico o algo que lo acongoje. Un accesorio para toda ocasión.

No hay que abusar del alcohol, pues la vida puede cobrar la factura demasiado pronto, o cuando menos se lo espere uno.

Salud por los recuerdos, entonces.