miércoles, 31 de diciembre de 2008

Un año más

Hace mucho tiempo, me dijeron que a partir de que uno cumplía 15 años, el tiempo se pasaba más rápido. Y efectivamente, ese fenómeno se hizo presente... Probablemente, no el día que cumplí 15, pero ahora va a un ritmo demasiado acelerado.

Aprovechando el cliché de la fecha por venir, escribo esta reflexión.

La división del tiempo es algo irreal, una creación del hombre (y todo lo que "crea" el hombre es imperfecto... Luego escribiré más al respecto), algo que los humanos nos hemos autoimpuesto para poder contarlo y que nos sirva de referencia. Entonces en el calendario vigente, el 31 de diciembre es el último día del año y un año nuevo empieza el 1ero de enero.

Aunque, independientemente de las divisiones que el ser humano pueda hacer, por suerte o por desgracia es finito para todos y cada uno de nosotros. Entonces, aprovechemos ese tiempo disponible (pues no sabemos cuando termina) para hacer lo que queramos, proyectos, nuestras pasiones.

La gente suele hacer propósitos sobre aspectos a mejorar sobre sus vidas, en esta fecha. Yo pienso que esos propósitos se pueden hacer no sólo en esta fecha, incluso si no lo cuidan lo suficiente, sólo se hacen vanales promesas de algo que son muy cobardes o muy débiles para lograr o incluso intentar... Y se quedan en eso, en buenas intenciones.

Lograr metas diario, y no sólo plantearlas hoy, aprovechando el fin de año. Prometerse a uno mismo que las logrará... Pero no sólo hoy. Todos los días.

Entonces, éste no es el último post, ni el primero, sólo es uno más. Como hoy, que es un día como cualquier otro. Sólo con un pretexto para celebrar. Aclaro, no me quejo, me encantan los pretextos para celebrar. Celebremos con la menor provocación. Y no solamente hoy, todos los días. Estamos vivos.

Que todos los días que sigan sean buenos, y los años que vengan sean mejores. Aunque todo siga en un relativo estado de igualdad... Y no podamos distinguir entre un año u otro.
Ésto es una utopía. Todos tenemos altas y bajas, si sólo fueran altas, ¿Cuándo aprenderíamos de nuestros errores? No nos haríamos más resistentes a las adversidades que nos plantea la vida, día con día. Creo que sería un poco aburrido el no tener momentos malos... No podríamos ver la belleza de esos momentos que nos quitan el aliento.

Entonces corrijo... Que tus días, meses y años siguientes sean más provechosos. Que aprendas en todos y cada uno de ellos algo nuevo.

En este cambio de número de año, mis mejores deseos.
Vayan por donde no hagan mucho daño.

1 comentario:

is dijo...

dos cosas me gustaron mucho, todo lo que creamosen imperfecto e ir por donde menos daño hagamos!!! Ricardo un beso y gracias porque tenemos el pretexto de la amistad!!!